Patrimonio cultural

Uniendo caminos

Un siglo de historia sobre las vías

Desde 1925, el Puente Gerli conecta a los municipios de Avellaneda y Lanús, convirtiéndose en un símbolo de identidad.

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Por Téc. Federico Lorenzo

El 7 de marzo de 1925, la comunidad de Gerli celebraba con entusiasmo la inauguración de una obra que cambiaría para siempre la movilidad en la zona sur del conurbano bonaerense. Un siglo después, el legendario Puente Gerli sigue siendo un emblema que une a los municipios de Avellaneda y Lanús, y una postal inolvidable para sus habitantes.

Se trató del primer cruce vehicular y peatonal sobre las vías del Ferrocarril Sud en la región, uniendo ambos lados de un barrio en plena expansión. A diferencia de otros que vendrían después, como el puente Agüero (1931), el Arenas- también denominado viaducto José María Paz- (1984) y el José de la Serna (2006), el puente Gerli fue pionero en su tipo, consolidando el crecimiento de la localidad.

A diferencia de otros que vendrían después, como el puente Agüero (1931), el de Lanús (1984) y el José de la Serna (2006), el puente Gerli fue pionero en su tipo, consolidando el crecimiento de la localidad.

Se encuentra entre el partido de Lanús y Avellaneda, y por debajo de él se encuentra la estación de tren de Gerli. Tiene como particularidad que por el puente pasan muchas líneas de colectivos, transportando a miles de pasajeros a diario. Además, a través de una escalera, el puente es el punto de acceso a la estación Gerli del Ferrocarril Roca, facilitando la conexión entre distintos medios de transporte.

Una inauguración con historia

La apertura oficial del puente se realizó el primer sábado de marzo de 1925, bajo el nombre de Viaducto General Manuel Belgrano, en referencia al camino que lo atraviesa. La ceremonia estuvo cargada de expectativas y simbolismo, aunque hubo un detalle que generó controversia: además de las banderas argentinas, flamearon banderas británicas. Este gesto, relacionado con el origen de la estructura -construida en Inglaterra y rearmada en la localidad-, no fue bien recibido por algunas entidades de Avellaneda de la época.

Según los registros históricos se esperaba la presencia del presidente Marcelo Torcuato de Alvear, pero finalmente no asistió. Sin embargo, el acto contó con la participación del intendente de Avellaneda, Alberto Barceló, junto con diversas personalidades políticas y religiosas. Entre ellos, el obispo de La Plata, Monseñor Alberti, quien bendijo el viaducto, y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, José Luis Cantilo, quien llegó en un tren oficial desde Constitución.



La importancia desde el patrimonio histórico

La arquitecta especializada en Patrimonio, María Descole, destacó la importancia del Puente Gerli desde una perspectiva patrimonial tradicional, resaltando sus aspectos constructivos como un claro ejemplo de las instalaciones industriales inglesas que proliferaron en Argentina entre los siglos XIX y XX. "Sus enormes piezas de hierro fundido, ensambladas y unidas a puro remache, componen un imponente monumento a escala urbana", señaló. Además, recordó que el puente llegó hace 100 años con el propósito de unir sectores segregados de la ciudad industrial, tras la expansión del ferrocarril para maniobras y mantenimiento.

Asimismo, Descole, quien se desempeña como vicepresidenta de la Junta de Historia de la Municipalidad de Avellaneda, subrayó que su valor trasciende lo arquitectónico, ya que el entramado metálico del puente "lleva inscripciones de la memoria colectiva que lo vinculan a la vida de los nacidos y criados en esta geografía". En este sentido, lo definió como un testigo de hechos políticos y sociales, pero también como un guardián de las historias cotidianas de miles de familias trabajadoras. "De esas vivencias de barrio que tan bien cantaron poetas como Eladia Blázquez", agregó, reforzando la idea de que el Puente Gerli es un símbolo vivo del pasado y presente de la comunidad.



Un siglo de transformaciones

Desde su inauguración, la comunidad de Gerli ha atravesado transformaciones significativas. En 1944, la localidad se dividió administrativamente entre los municipios de Avellaneda y Lanús; sin embargo, el puente continuó desempeñando un papel esencial en la conexión entre ambas jurisdicciones. En 2015, fue sometido a una restauración integral impulsada por ambas municipalidades, con el propósito de preservar su estructura y optimizar su funcionalidad.

En la actualidad, a un siglo de su apertura, el puente Gerli permanece como un símbolo de identidad y un vínculo que une historias, familias y generaciones. Su presencia rememora el pasado de un barrio que fue un actor clave en la Avellaneda industrial y que, a pesar de las transformaciones, conserva intacta su esencia y su sentido de pertenencia.

7 de marzo de 2025