Revolución tecnológica
Debate e ideas
La educación del futuro: desafíos y posibilidades de la IA en el aula
Especialistas en Inteligencia Artificial dan cuenta del impacto de la misma en el ámbito educativo ¿Cómo se trabaja la temática en la Universidad?
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Por Diego Orcoyen
Comencemos por darle la palabra a la protagonista de esta nota: la inteligencia artificial (IA). Desde ADN | UNDAV, le preguntamos cuáles serán los aportes de la IA en el ámbito educativo dentro de 10 años. ¿Qué dijo? Fue contundente: “tendrá un impacto profundo en la educación, transformando tanto la forma en que se enseña como en la que se aprende”.
¿Cómo será eso?, indagamos. Y allí sacó a relucir un listado de virtudes, potencialidades y capacidades de las cuales haremos un breve resumen:
- Educación personalizada: la IA permitirá adaptar el contenido, el ritmo y los métodos de enseñanza a las necesidades individuales de cada estudiante.
- Asistentes virtuales y tutores inteligentes: los estudiantes contarán con tutores virtuales disponibles 24/7 que responderán preguntas, explicarán conceptos y guiarán el estudio.
- Evaluaciones automatizadas y más humanas (sí, dijo “más humanas”): las evaluaciones no solo serán más rápidas, sino también más precisas y ricas en información; se detectarán plagios y se sugerirán formas personalizadas de mejorar.
- Contenidos inmersivos y simulaciones: combinada con tecnologías como realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR), la IA facilitará entornos de aprendizaje interactivos.
- Acceso equitativo y educación inclusiva: la IA podrá reducir brechas educativas con traducción automática, interfaces accesibles para estudiantes con discapacidades, recursos personalizados para comunidades marginadas.
- Formación docente y analítica educativa: la IA no reemplazará a los docentes, pero los potenciará como facilitadores, mentores y guías en un sistema educativo más centrado en el estudiante.
Miradas optimistas
Sebastián Di Doménica, docente de Periodismo en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) y especialista en IA, es optimista al respecto: “creo que la inteligencia artificial tiene muchísimo para dar y para ampliar posibilidades del ser humano, nunca para reemplazarlo, siempre para complementarlo”, dice. Y para graficarlo, cita el caso de los EEUU, donde ya se trabaja con tutorías para estudiantes secundarios con buenos resultados: tutores virtuales ayudan a aquel que tiene problemas con un tema y le amplían la información a aquel que quiere saber más, aspectos a los que, a veces, el docente no puede llegar.
“La IA tendrá un impacto profundo en la educación, transformando tanto la forma en que se enseña como en la que se aprende”
En este sentido, el Ing. Federico Gabriel D’Angiolo, docente de la asignatura Inteligencia Artificial en la carrera de Ingeniería en Informática de la UNDAV, asegura que “hoy en día, la IA está cubriendo mayores puntos de nuestra vida cotidiana, teniendo en cuenta la educación, la industria e, incluso, servicios básicos”.
Sin embargo, advierte que “si nos atenemos a la educación, es importante contar con esta herramienta sin caer por ello en pensar que pudiera sustituir ciertas labores”. A modo de ejemplo, en la asignatura que dicta se estudian los distintos algoritmos y sus aplicaciones, teniendo en cuenta herramientas como Chatgpt, DeepSeek y otras IA Generativas. No se piensa en sustituir libros, papers o documentos, sino acoplar estas IAs generativas al estudio. Para que el aprendizaje se pueda completar, los y las estudiantes comentan con sus palabras lo entendido, tanto en forma oral como escrita.
El Ing. D’Angiolo explica que “esto fomenta el desarrollo intelectual, como así también el social, dado que se interactúa en grupos. Genera en los y las estudiantes las herramientas básicas que les permitirán, en el corto plazo, poder adaptarse a la evolución de la IA como así también a las futuras herramientas tecnológicas que pudieran surgir”.
La IA en las aulas
Para Di Doménica, hay que incorporar la inteligencia artificial a las aulas, pero no “para saltear etapas fundamentales y cruciales en el recorrido de un estudiante”. Así, a sus estudiantes de periodismo los motiva a que primero aprendan a escribir, “porque es necesario para estructurar ideas, una historia, para saber contarla”. Recién después, cuando ya están seguros escribiendo una noticia, una crónica, una nota, pueden utilizar la inteligencia artificial para que los ayude a mejorar la agilidad o producir en mayor medida.
Di Doménica: “La IA viene a ampliar posibilidades, pero ojo con utilizarla para saltearse etapas cruciales en la construcción de conocimiento y en el proceso educativo”.
“Pero es importante que no nos saltemos etapas, que son claves para la construcción de nuestro conocimiento y para lograr desarrollo y comprensión. Y eso se puede aplicar a todos los órdenes del conocimiento”, afirma Di Doménica. Y agrega: “Creo que la inteligencia artificial viene a ayudar, a colaborar, a ampliar posibilidades, pero ojo con utilizarla para saltearse etapas importantes, cruciales en la construcción de conocimiento y en el proceso educativo que se pueda dar en el aula”.
Una imitación
De acuerdo a la UNESCO, la IA son “máquinas capaces de imitar ciertas funcionalidades de la inteligencia humana incluyendo la percepción, el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas, la interacción del lenguaje e incluso la producción creativa”.
En esta misma lógica, Di Doménica dice que “no se debe olvidar que siempre se trata de una imitación, de una simulación y no de inteligencia como la humana, que es biológica, que está basada en neuronas, en emociones, en concepciones subjetivas que la dan la historia de una persona, sus vivencias”.
Siri, Google Assistant o Alexa, ChatGPT, Gemini, ya son nombres que escuchamos habitualmente. Son parte de nuestra vida cotidiana, en nuestros celulares, en aplicaciones, videos, audios, en la industria automotriz o en la medicina la IA dice presente.
Ing. D’Angiolo: “Si nos atenemos a la educación, es importante contar con esta herramienta sin caer por ello en pensar que pudiera sustituir ciertas labores”.
Pero, en pocas palabras, ¿cómo funciona? La IA aprende y mejora gracias a los datos disponibles y a los algoritmos: reglas para que las computadoras realicen determinadas tareas. El aprendizaje se puede dar en forma automática y puede conformar redes neuronales: una clase de algoritmos inspirados en el cerebro humano.
El trabajo en la UNDAV
Considerando que en la actualidad la masificación al acceso de la inteligencia artificial ha impactado en los sistemas educativos, la Universidad Nacional de Avellaneda creó una Comisión para el Uso y la Aplicación de la Inteligencia Artificial (CUAIA), en la órbita de la Secretaría de Investigación y Vinculación Tecnológica e Institucional.
En los considerandos de la resolución que la crea, destaca que “el impacto de la IA comprende una amplitud de direcciones que deben ser abordadas de forma unificada, interdisciplinaria y orientada al estudiante (para apoyar el aprendizaje y la evaluación), al docente (para apoyar la enseñanza) y a la gestión (para apoyar la generación de datos y la eficiencia de la administración)”.
Con este fin, el CUAIA lleva a cabo encuentros periódicos en los que se debaten los principales desafíos de la IA en el ámbito educativo y lleva a cabo actividades, charlas y conferencias sobre la temática, como fue el conversatorio realizado a fines de abril, titulado “La Universidad en la era posdigital: desafíos éticos, pedagógicos y tecnológicos en tiempos de IA”.
Uno de los oradores del encuentro, el Dr. Francisco Tamarit, ex rector de la Universidad Nacional de Córdoba, aseguró que “estamos viviendo la revolución tecnológica más trascendental desde la modernidad para acá. Nunca imaginamos que esto pudiera pasar en tan poco tiempo”. De todos modos, advirtió que “América Latina es la única región del mundo que todavía no piensa la inteligencia artificial de manera colaborativa”.
El tema de la inteligencia artificial, en general, y su implicancia en la educación y en las aulas, en particular, convoca al debate de ideas, a la puesta en común, a la generación de lineamientos y directrices, nuevas formas y métodos. Pero lo requiere ya. El asunto urge porque la IA no aguarda. Avanza a pasos agigantados sin pedir permiso. Nos sorprende e ilusiona, al mismo tiempo que nos preocupa y cuestiona.
Como dice la propia IA al comienzo de esta nota, ésta “tendrá un impacto profundo en la educación, transformando tanto la forma en que se enseña como en la que se aprende”.