Educación
Vení a conocerlo
El futuro llegó, hace rato
Desafíos, vivencias y aprendizajes de la vida universitaria.
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Por Hernán Hamra
En estos tiempos tan violentos por los que atraviesa la Educación Pública Superior, alcanza simplemente con mencionar la elección del gobierno de Javier Milei por sumar un nuevo “enemigo político” como considera a las universidades nacionales, mostrar el otro lado de las casas de estudio y aquello que las orbita resulta un bálsamo ya que atraviesa a miles de jóvenes que se aventuran a incursionar nuevos caminos de cara a su futuro.
Quienes pasamos por la universidad, entendimos que la vida universitaria es una etapa clave, un período en el que se forjan no solo conocimientos académicos, sino también amistades, experiencias y un sentido de identidad. Pararse frente a ese desarrollo personal al que nos invita el paso por la universidad se convierte en desafíos, oportunidades y transformaciones que marcarán nuestro camino como individuos, como personas, como profesionales.
Ingresar a una carrera universitaria puede estar acompañado de varios cambios que implican un sentido de independencia y mayores responsabilidades, pero, sin dudas, vale la pena. Posiblemente muchos jóvenes deban independizarse, dejar la casa de sus padres, trasladarse a otra ciudad, comenzar a manejarse con mayor autonomía, enfrentar adversidades y, claro está, todo cambio genera temores. Sin embargo, el secreto del éxito posiblemente radique en adaptarse a esos cambios y aguardar los beneficios de este nuevo desafío. En ocasiones, aprender a lograr un equilibrio entre la vida académica, social y laboral, pueda ser la clave.
Con relación al entorno académico, factor fundamental para esa adaptación, hay que mencionar que las universidades públicas no solo proporcionan educación de calidad, gratuita e inclusiva, sino que también ofrecen un ámbito de debate, investigación, creatividad y solidaridad. Ya metiéndonos en las aulas, los y las estudiantes tienen la posibilidad de nutrirse de ideas, enriquecer la concepción de determinados temas, interactuar con docentes, pares, generar lazos, crear redes de apoyo y compañerismo. Pronto llegarán los grupos de compañeros/as, las afinidades, las trasnoches de estudio contra reloj, el mate, las técnicas para estudiar y, por supuesto, el momento de esparcimiento y la satisfacción por la recompensa obtenida en virtud del esfuerzo realizado. Sensaciones y vivencias incomparables con cualquier otra etapa de la vida.
Pero la vida universitaria implica aún mucho más. Representa un sinfín de actividades extracurriculares que permiten desarrollar habilidades complementarias, desde deportes hasta grupos culturales y asociaciones estudiantiles. Sin dudas experiencias que pueden ayudar a los y las estudiantes a ampliar su visión sobre distintas cuestiones y fomentar también el trabajo en equipo. En definitiva, situaciones que se transformarán en recuerdos imborrables.
La vida universitaria ofrece también el contacto con la diversidad, con culturas, costumbres, pensamientos y estilos de vida. Un espacio dinámico donde aprender a convivir, a respetar y a valorar las diferencias.
También es cierto que los desafíos no son algo que escapen al trayecto universitario. A veces equilibrar la vida personal con los estudios pueden generar presión en los jóvenes por lo que lo mejor es tratar de evitar el estrés académico. En este sentido, las universidades públicas suelen contar con apoyo psicológico, tutorías, y orientación a los y las estudiantes que los ayuda a sobreponerse a estas situaciones. Quizás, como dijimos al comienzo de la nota, adaptarse a estos cambios pueda ser la clave para transitar con éxito esta etapa única e irrepetible, por muchas razones, en nuestra vida.
En definitiva, la vida universitaria es mucho, pero mucho más que una instancia de formación académica. Implica y nos aporta un crecimiento personal, la generación de vínculos, proyectos a corto, mediano y largo plazo, la incursión en ideas nuevas que nos catapulten a un futuro profesional prominente, al desarrollo y crecimiento personal para afianzarnos como personas con confianza y determinación para afrontar una vida adulta. Y, aunque los desafíos son inevitables, la universidad brinda a los y las estudiantes las herramientas para superarlos y salir más fuertes, sabios y conectados con el mundo que los rodea.
Si todavía no te decidiste, te invitamos a ser parte de este viaje de descubrimiento y crecimiento personal que es el paso por la universidad. Pensá en tu futuro, elegí tu carrera y acercate a la
Universidad Nacional de Avellaneda. Conocela, sentila, vivila y transitá tu vida universitaria con una Educación pública, gratuita, inclusiva y de calidad. Te estamos esperando.